El cuadro de mando es una herramienta estratégica que sustituye o complementa los conceptos de “misión” o “visión”. Aporta a las organizaciones una ayuda primordial, tanto en la alineación de sus objetivos como en la motivación de sus empleados; así como en la medición eficiente de sus resultados y en el despliegue de acciones para mejorarlos. La estrategia se retroalimenta y mejora continuamente.
Se optimiza el rendimiento de los responsables de cada una de las áreas al facilitarles cuadros de control para monitorizar aspectos en tablas o gráficos “dashboards” relacionados con sus competencias.