Cuando hablamos de “falta de trazabilidad de productos”, nos referimos a que no sabemos por dónde ha pasado un artículo, ni quién lo fabricó, ni cuándo, ni en qué condiciones se ha transportado. Esto genera un montón de problemas que van desde devoluciones inesperadas hasta multas regulatorias. No es solo un tema técnico, es una piedra en el zapato diaria que mina la confianza de clientes y trabajadores.
1. Errores y devoluciones: el pan nuestro de cada día
Imagina una multinacional de alimentación que no puede localizar el lote de un yogurt contaminado. Como resultado se produce la retirada masiva del mercado… con costes directos (acumulación de producto, transporte, alertas) y una crisis de reputación. Eso sin contar con el personal que trabaja horas extra para intentar resolverlo. Esa falta de trazabilidad convierte errores pequeños en costes que nadie había calculado.
2. Ineficiencia en la cadena de suministro
Sin trazabilidad, desaparece la visibilidad. Se acumula stock “fantasma”, no se sabe qué parte del proceso falla y los pedidos se retrasan. Y todos conocemos las consecuencias: productos caducados en la estantería, transportes duplicados, devoluciones por errores de etiquetado… Lo habitual es que se gaste más tiempo rastreando el fallo que mejorando el sistema.
3. Riesgos legales y regulatorios
En sectores como el farmacéutico, agroalimentario o automoción, la trazabilidad no es opcional, es obligatoria. Y no saber de qué lote proviene un producto puede derivar en multas, paralización de líneas de producción o incluso sanciones penales. No seguir las normas no es solo caro… puede derivar en inseguridad para consumidores.
4. Desconfianza del cliente y del mercado
Hoy el consumidor exige saberlo todo; es decir, origen, procesos, certificados. Si no eres transparente, lo dice la calle: mala prensa, reseñas negativas, caída de ventas. Esa falta puede traducirse en pérdida de cuota en el mercado y dejar la puerta abierta a la competencia que sí cumpla con transparencia real.
5. Costes invisibles: el enemigo silencioso
Los errores no siempre se traducen en incidencias grandes. A veces son pequeños fallos tales como notas poco legibles, etiquetas fuera de sitio, retrasos en comunicación interna… Pero eso, a la larga, se convierte en sumar horas de trabajo, horas extra, ansiedad del equipo. No se ve en la factura, pero se paga igual con burnout, rotación de personal, menor productivdad…
6. ¿Qué puedes hacer para mejorar la trazabilidad?
Aquí no vale inventarse procesos complejos que nadie usará. Se trata de implementar soluciones prácticas:
- Etiquetado claro: códigos QR o Datamatrix en cada unidad / palé. Así se automatiza la lectura y se evita que alguien decida “esto va por aquí”.
- Digitalización también en origen: registra fecha, hora y operador en un sistema accesible al instante. Nada de excel desactualizados.
- Middleware de integración: ERP, WMS, TMS… sin integración, nadie sabe en qué sistema consultar. Que todos hablen entre sí.
- Apps móviles: que el operario pueda escanear productos desde el móvil permite trazabilidad sin formación ni inversión en dispositivos caros.
- Pilotos acotados: empieza por lo que más duele (una línea, un producto estrella) y luego incorpora lo demás. Así no asustas al equipo.
7. Ejemplos reales
- Comida preparada: Según DDS Logistics, la trazabilidad permite “identificar los flujos asociados a un lote y reaccionar sin retirar todo el almacén” .
- Manufactura industrial: empresas que integran ERP con WMS y dispositivos RFID reducen errores en hasta un 80% comparado con procesos manuales.
8. Tecnología y cultura: van de la mano
La trazabilidad combina partes técnicas (códigos, QR, apps, integración) y humanas. Si no integras al personal desde el principio, si no entrenas ni explicas el beneficio, tendrás etiquetas que nadie escanea y sistemas vacíos. Sin cultura de trazabilidad, el sistema se convierte en un buzón de tareas inútil.
9. ¿Por qué invertir ahora?
- Retorno rápido: con pilotajes de bajo coste se notan los ahorros casi de inmediato
- Ventaja competitiva: cumplir exige eficiencia; cumple y destacas
- Calidad y mejora continua: pequeñas mejoras suman, aumentan eficiencia y satisfacción incluso en el equipo
Conclusión
La falta de trazabilidad es una grieta que se abre en tu negocio ya que genera errores, costes ocultos, riesgos legales y mala imagen. Lo bueno es que se puede solucionar con digitalización, etiquetado e integración en la cultura de la empresa. Empieza por donde más duela, mide mejoras y expándelo poco a poco.