Definimos el Project Management como el cambio promovido por una mejor utilización de los recursos que disponemos, dicho cambio se articula a través de un esfuerzo temporal denominado proyecto focalizado hacia un objetivo único. Si llevamos el concepto de proyecto al ámbito de la empresa entendemos el mismo como una organización temporal de determinados componentes de la compañía con el fin de mejorar un aspecto estratégico.
Factores clave para elegir el proyecto y acometerlo
A la hora de decidir entre varios proyectos excluyentes para un objetivo específico, los factores claves que hemos de balancear fundamentalmente son: la relevancia a nivel estratégico, los costes, recursos a emplear, la duración y las organizaciones participantes en los mismos.
No debemos de confundir un proyecto con el día a día en la empresa, ya que éste tiene presupuesto definido, una fecha de finalización, un resultado predeterminado cuyas expectativas de retorno superen la inversión acometida, un número de personas variable en función de la fase en que nos encontremos, y finalmente un ciclo de vida.
Para que un proyecto pueda ser “llevado a buen puerto”, es preciso que se ponga en funcionamiento en un ambiente de cooperación y proacción en donde quede patente la implicación y alineación con la cultura empresarial. En consonancia con ello es preciso que se produzca la concurrencia de una serie de variables tales como:
- la disposición del personal hacia la consecución en el objetivo del proyecto,
- un equipo con la educación y formación que precisan para tener una participación activa y eficiente,
- líderes o project managers que disponen de las competencias necesarias,
- un sistema de control de la gestión mediante herramientas de apoyo,
- revisiones en la consecución de los hitos marcados mediante indicadores definidos al efecto,
- y, por último, se han de concretar informes de beneficios que nos acrediten las expectativas creadas en torno a esta iniciativa.