«El dinero es sucio»
Esta afirmación, con connotaciones peyorativas para el dinero, hasta hace poco más de un mes se utilizaba para expresar la cantidad de efectos negativos relacionados con el deseo humano de acopiar ingentes cantidades del mismo.
Pues bien, ahora hemos de añadir otro motivo más para cuestionarnos su uso.
De todos es bien sabido que las «moneditas y los billetitos» pasan por ingentes cantidades de manos, manos que a su vez han tocado previamente no se sabe qué.
Ahora sabemos que el Covid-19 permanece en ellos durante un tiempo, con el consiguiente riesgo de contagio que ocasiona.
Suecia: «Un país adelantado a su época»
El año pasado un familiar estuvo de vacaciones en Suecia, y según él:
a) En Suecia se puede pagar «en todas partes» con el móvil o tarjeta, en España «aún no».
b) Esperan ser el «primer país sin efectivo» en breve.
c) Allí no hay dinero negro, es una práctica que está mal vista.
¿Por qué seguimos intercambiando en España «cromos y chapitas»?
A menudo me planteo si no sería más lógico con los medios y soportes informáticos de que disponen hoy día las entidades bancarias para realizar transacciones, que se eliminase la utilización del papel y moneda.
Me resulta del todo arcaico que tengamos que ir con monedas y billetes en la cartera para operar cuando tenemos la posibilidad de utilizar el móvil o cuanto menos tarjeta.
Reducción de la comisión de fraudes
Si prescindiéramos de la moneda en circulación desaparecerían varias modalidades de fraude relacionadas con la economía sumergida.
Consecuentemente, cuanto menos, lograriamos acotar la responsabilidad y comisión de infracciones tributarias a prácticas bancarias no deseables, con la única responsabilidad de las entidades financieras, y se cortaría de raíz la posibilidad de fraude por parte de empresarios y particulares.
Mejor desempeño por parte de los Inspectores de Hacienda
Por otra parte se podría reducir el Cuerpo de Inspectores de Hacienda, o bien reutilizarlos en otra serie de delitos contra el erario, abarcando de este modo una mayor gama y tipología, con lo que se ganaría en la productividad de la actividad fiscalizadora.
¿Qué intereses hay en que esta medida no sea llevada a cabo?
Creo que en líneas generales los beneficios no sólo se reducen a la limitación del riesgo de fraude, hay otros tales como el ahorro de costes en la emisión de la propia moneda en circulación, ya sea el material empleado como la infraestructura tremenda creada en torno a ella.
Así por ejemplo, pensemos en el coste que tiene una moneda de euro, ya no sólo el metal con que está hecha, sino todo el proceso de fabricación, su logística para la emisión y distribución, etcétera.
De este modo, si efectuamos todos los pagos con tarjeta, dicha operativa podría vincularse con un ingreso automático en una cuenta de Hacienda por el importe que corresponda al erario.
¿Tiene sentido la presión fiscal a la que estamos sometidos?
Y por último y a mi juicio lo más gravoso son los tipos de gravamen altísimos empleados tanto en la imposición directa como indirecta.
Si desapareciera el dinero negro no sería necesaria la presión fiscal a la que están sometidos los contribuyentes que cumplen con el slogan de «Hacienda somos todos» ante la mayor recaudación fiscal conseguida.
Ésta es a mi juicio la senda que han de seguir los gobiernos europeos para conseguir el tan nombrado Estado del Bienestar, no con políticas restrictivas para equilibrar el endeudamiento alcanzado, sino con un reparto justo y equitativo de la carga fiscal atajando el problema desde la raíz, con fórmulas de una base lógica y sencilla como las que he expresado.
¿ Se va a seguir utilizando el papel y moneda a pesar del Covid-19?
La respuesta lógica debería ser que no, pues de la misma manera que entiendo que de ahora en adelante se van a promover una serie de restricciones como evitar los apretones de mano y los abrazos, ¿no debería ser también prohibido el papel y moneda en las transacciones por los riesgos de contagio que supone?
¿Estás de acuerdo?
Me gustaría que me ayudaras a enriquecer este artículo con tus comentarios.