El término lean hace referencia a maximizar el valor de nuestro producto en cuanto a la percepción que de él tenga nuestro cliente mediante un proceso de elaboración idóneo. Para ello se ha de cambiar la concepción empresarial de una optimización separada y aislada de los diferentes sistemas tecnológicos, la optimización de sus activos y de sus departamentos de una manera vertical, hacia una optimización integral y horizontal de los flujos de trabajo y del flujo de nuestro producto.
El Lean Thinking no es un programa de reducción de costes, sino una filosofía de pensamiento y actuación en una organización que utilizan empresas de todos los sectores, incluido el público en muchos países.
Detrás de este planteamiento subyace la idea de que cuando de cambiar se trata, más pequeño y rápido será el que mejores resultados proporcione, debemos evitar a toda costa la parálisis por análisis, ya que dedicar mucho tiempo a realizar análisis detallados sobre las consecuencias de un cambio determinado, puede llegar a ser contraproducente.
Las empresas Lean ante un cambio eligen los indicadores de mejora adecuados, no más de 3 o 4, y se centran en éstos para monitorizar los hitos conseguidos tras la adopción de las pertinentes medidas de desempeño. La mayor parte de las empresas que fracasan en este tipo de implantaciones es porque o bien no le dedican el tiempo suficiente, o bien no acreditan las habilidades de análisis necesarias para estudiar el cambio desde un punto de vista transversal evaluando las ventajas y desventajas, los costes implícitos, etc…
Podemos citar algunas de las áreas más importantes en donde se deben significar dichos cambios:
- Bienes de equipo: con el objetivo de reducir los tiempos de inactividad de las máquinas y operarios.
- Operaciones:con el objetivo de estandarizar el trabajo, reduciendo los procesos que aportan poco valor y optimizando los flujos de trabajo.
- Inventarios: análisis de las estimaciones de demanda, stocks de seguridad precisos..todo ello para balancear costes de transporte y almacenaje.
En resumen, lo que se pretende es dar prioridad a aquellas oportunidades de alto retorno con un esfuerzo relativo que tengan un impacto financiero elevado, ello se consigue con equipos de trabajo reducidos que adopten las mejores prácticas con carácter transversal para no ralentizar el proceso, y donde se premia la velocidad asumiendo un riesgo aceptable.