Tener un negocio es como estar en un barco en medio del mar. Sabes hacia dónde quieres ir, pero si no tienes brújula ni mapa, ni sabes cuánto combustible te queda, corres el riesgo de quedarte a la deriva. Pues bien, muchos empresarios navegan así: sin saber si realmente su empresa gana dinero.
Y no estamos hablando de gente sin experiencia. Hablamos de empresarios con años al frente de sus negocios, que trabajan sin descanso, facturan cada vez más, pero que, cuando se detienen a ver los números… se dan cuenta de que no tienen ni idea de cuánto están ganando en realidad. O peor aún: descubren que están perdiendo dinero sin saberlo.
1. ¿Por qué pasa esto tan a menudo?
Primero, hay que entender algo: esto le puede pasar a cualquiera. No importa si llevas 6 meses o 10 años. Es fácil caer en la trampa de “mientras entre dinero, todo va bien”. Pero no, no siempre es así.
Veamos algunas causas habituales:
Confundir facturación con beneficio
Este es el error número uno. Mucha gente piensa: «Facturé 50.000 € este mes, entonces vamos bien». Pero no se detienen a pensar en cuánto costó generar esos 50.000 €: sueldos, materiales, impuestos, comisiones, alquiler, suministros…
Costes invisibles
Hay gastos que no se ven a simple vista, como el desgaste de maquinaria, horas extra no controladas, servicios que se pagan por inercia, stock obsoleto o incluso el tiempo improductivo del personal.
Contabilidad desorganizada
Muchos negocios no llevan un control claro, o lo lleva el gestor y el empresario no lo entiende, o se usan hojas de cálculo sueltas que nadie revisa. Sin información clara y estructurada, no se puede tomar el pulso al negocio.
Falta de indicadores
Sin medir, no se puede mejorar. Y no hablamos de 50 KPIs, sino de tener los 4 o 5 datos clave que te digan si vas bien o mal: margen bruto, beneficio neto, punto muerto, rentabilidad por producto o cliente, etc.
2. ¿Qué pasa cuando no sabes cuánto ganas?
Las consecuencias de no saber cuánto gana tu empresa no son solo contables, afectan directamente a la salud del negocio y a tus decisiones estratégicas. Aquí algunas muy habituales:
Tomar decisiones equivocadas
Si no sabes qué producto te deja más margen, puedes acabar promocionando el menos rentable. Si no sabes si un cliente genera beneficio o pérdida, puedes terminar invirtiendo más en él que lo que te aporta.
Quedarte sin caja sin darte cuenta
Puede que vendas mucho y cobres tarde. O que tengas ingresos altos pero costes descontrolados. Al final, la falta de caja es una de las principales causas de cierre de empresas.
Vives apagando fuegos
Como no tienes visibilidad, todo es improvisación. Te pasas el mes «apagando incendios» en lugar de planificar. Eso agota, quema al equipo, y te aleja de crecer con orden.
No puedes planificar el crecimiento
¿Cómo vas a abrir otra sede o contratar más gente si no sabes si puedes permitírtelo? Crecer sin saber cuánto ganas es jugar a la ruleta rusa empresarial.
Estrés y ansiedad
Sí, el no tener claridad financiera genera una carga emocional tremenda. Muchos empresarios no duermen tranquilos porque no saben en qué punto está su negocio. Y ese estrés se contagia al equipo, al ambiente, y hasta a la familia.
3. Ejemplo real: el caso de Laura y su tienda online
Laura tiene una tienda online de productos ecológicos. Factura unos 20.000 € al mes y está siempre ocupadísima. Sin embargo, nunca logra ahorrar ni invertir. Cuando hicimos un análisis básico, encontramos:
- Compraba productos sin controlar el coste logístico total.
- Regalaba gastos de envío sin analizar el impacto.
- No sabía cuánto margen tenía por producto.
- Tenía campañas de publicidad en redes activas “por si acaso”.
Conclusión: tenía clientes, ventas y marca… pero no tenía beneficios reales. Cada mes sobrevivía, pero no crecía.
4. ¿Qué hacer para saber cuánto ganas?
No necesitas ser economista ni montar un departamento financiero. Solo necesitas un poco de orden, sentido común y, si hace falta, ayuda externa. Aquí te doy algunos pasos muy simples pero poderosos:
Haz un control básico de ingresos y gastos
Lleva un registro mensual (o semanal) de lo que entra y lo que sale. Usa una hoja de cálculo o una app. Lo importante es tenerlo claro y al día.
Calcula tu punto muerto
Este es el nivel mínimo de ventas que necesitas para no perder dinero. Es clave saberlo, porque cada euro por debajo significa pérdida, y cada euro por encima es ganancia.
Conoce tus márgenes
Por producto, servicio, cliente o canal. ¿Qué te deja más beneficio real? ¿Qué productos «te suenan» rentables pero no lo son?
No trabajes gratis sin saberlo
A veces, por cerrar un contrato o no perder un cliente, damos descuentos o asumimos costes extra. Pero si no calculas bien, puedes estar trabajando para perder dinero.
Revisa tus costes fijos y variables
Los costes fijos (como alquiler o sueldos) hay que cubrirlos pase lo que pase. Y los variables (como materiales o comisiones) deben estar bajo control. ¿Tienes costes fijos demasiado altos para tu nivel de ventas?
Usa herramientas sencillas
No necesitas un ERP carísimo, con un buen Excel, Google Sheets o una herramienta tipo Holded, Anfix o Quipu, puedes tener control básico y visual.
5. ¿Y si no tengo tiempo o no sé hacerlo?
Entonces es hora de pedir ayuda. Igual que vas al médico cuando no sabes qué te pasa, puedes acudir a un consultor o asesor que te ayude a ver tus números y explicártelos en tu idioma.
No se trata de delegarlo todo, sino de entender lo básico. Porque al final, tú eres quien toma las decisiones, y necesitas datos para decidir bien.
6. Conclusión: saber cuánto ganas es libertad
Saber cuánto ganas realmente te da tranquilidad, control y poder de decisión. Puedes invertir, crecer, negociar, ajustar, motivar al equipo o incluso vender tu empresa… pero solo si sabes lo que está pasando en realidad.
Lo contrario es caminar a ciegas. Puedes tener suerte durante un tiempo, pero no por siempre. La buena gestión no es solo para grandes empresas. Es lo que marca la diferencia entre sobrevivir o prosperar.
¿Te sientes identificado con este problema? Entonces no lo dejes pasar. Empieza por revisar tus ingresos, tus costes y tus márgenes. Hazlo tú o busca apoyo, pero no sigas sin saber cuánto ganas. Porque ahí está el verdadero corazón de tu negocio.