Lo que motiva una crisis financiera en la Administración Pública española, es la ausencia de planteamientos de Gestión Financiera planificados y ejecutados por expertos.
Los políticos no sólo no vislumbran la necesidad de contar con profesionales en Gestión Financiera, sino que siguen realizando inversiones, creando servicios, etc.. sin tener en cuenta “si se podrá hacer frente a los compromisos de pago” y si “existe viabilidad financiera”.
Economía Sostenible
Para normalizar esta situación se da a luz la Ley 2/2011 de 4 de marzo sobre “Economía Sostenible”,concretamente el artículo 32, versa que la “Sostenibilidad presupuestaria de las Administraciones Públicas” se establece con total claridad de modo que
«…todas las Administraciones Públicas deben contribuir al logro de la sostenibilidad presupuestaria de las finanzas públicas, entendida ésta como la capacidad para financiar los compromisos de gastos presentes y futuros”.
Esta ley no plasma algunas medidas urgentes
- internalización de costes,
- información actualizada para adoptar decisiones
- límites a la descentralización
- criterios para decidir entre posibles alternativas de inversión y retorno de la misma
- delimitar la nueva forma de determinar las magnitudes económicas del presupuesto.
La Administración Pública debe regirse por criterios de empresa privada
Por todo lo dicho se hace necesaria la incorporación de modelos de empresa privada apoyándonos en la figura del controller, para que en base a una planificación estratégica, se desarrollen modelos de análisis de coste tipo ABC con el objeto de diferenciar aquellas actividades que generen valor dentro de la Administración Pública de aquellas otras que no; o que por ejemplo, la presupuestación se base en modelos base cero no incremental en donde una actividad puede ser eliminada si no justifica su beneficio. Asimismo se debería de hacer un estudio VAN, TIR de las inversiones antes de embarcarse en las mismas garantizando el retorno en un plazo determinado.
¿ Ante quién debería responder el Controller ?
Como posible aspecto negativo, si las decisiones no se toman teniendo en cuenta los propios objetivos de una auténtica Gestión Financiera, el trabajo del Controller quedará en “saco roto”, éste no debe depender en el organigrama del político de turno, sino de un órgano fiscalizador del Ente Público.
Te estaría muy agradecido si te tomases un par de minutos para darme tu opinión sobre este tema, seguro que tienes algo que decir al respecto. 😉