El WACC de una empresa (Weighted Average Cost of Capital), es un término anglosajón que hace referencia al coste medio ponderado en que incurre una sociedad a la hora de financiarse ya sea con emisión de acciones, participaciones o empréstitos (fondos propios), o bien acudiendo al endeudamiento bancario (deuda).
Se utiliza para evaluar diferentes propuestas de proyectos de inversión, así como para marcar las líneas de actuación que ha de seguir la dirección de la empresa a fin de aumentar el valor de la misma en el tiempo.
A la hora de estimar el WACC hay que contemplar dos aspectos decisivos:
El primero de ellos es que éste se puede ver aumentado por la prima de riesgo, en la medida que los accionistas puedan pedir de la empresa una mayor rentabilidad motivada por la asunción de un mayor riesgo asociado a las características del sector en que opera, lo que elevará el coste de los fondos propios. En segundo lugar, nos referimos a la correcta elección de los costes de la deuda, los cuales han de ser los costes a los que nos podemos financiar en el momento actual, con independencia de los intereses a los que nos financiamos en el pasado.
Estas dos consideraciones van a constituir los dos factores claves del éxito o del fracaso en la valoración del proyecto en la medida de que el WACC se emplea como tasa de descuento en la obtención del VAN que es el valor actualizado neto de los flujos libre de caja; es decir, al final de la vida estimada de un proyecto qué dinero me queda después de haber realizado todos los cobros y pagos.
Pues bien, si la tasa de descuento está sobrevalorada, el valor de esos flujos netos se verá minorado, lo que puede llevar a desechar un proyecto o marcar un camino erróneo a la directiva en la consecución de objetivos.