Las empresas están centradas en la medición del retorno de la inversión (ROI); es decir, en cuanto tiempo van a recuperar el dinero puesto en la empresa, mientras que están obviando la contribución de las personas, o dicho de otro modo del capital humano, a que dicha inversión sea llevada a buen puerto.
La inmensa mayoría de las empresas siguen un patrón a la hora de medir los resultados financieros basado en criterios de la era industrial, cuando el capital monetario era el soporte casi exclusivo de las estrategias e inversiones empresariales. Hoy en día esa realidad ha cambiado y el motor generador de riqueza es fundamentalmente el talento del capital humano y todo lo que de él subyace; a saber, el conocimiento, la reputación, las relaciones laborales, así como otra serie de intangibles que podríamos enumerar.
A todo ello le añadimos que el capital humano, precisamente por su intangibilidad y por lo difícil que es de copiar por la competencia a diferencia de los elementos inmovilizados (bienes, equipos), genera unas ventajas competitivas inestimables si está bien alienado con la estrategia corporativa.
El capital humano genera ventajas competitivas y es motor de riqueza.
Consecuentemente las empresas deberían redefinir las métricas para esta Nueva Era. Así por ejemplo, incorporaremos ratios que consideraran aspectos tales como:
- Satisfacción del capital humano.
- Evaluación de la gestión del personal.
- Satisfacción de los clientes.
- Satisfacción del accionista.
Todos se consideran factores claves a la hora de definir estrategias y objetivos, y a su vez nos esforzaremos en no entender el ROI como un objetivo en sí mismo, sino como una forma de asegurar que la empresa es rentable.
La rentabilidad financiera ineludiblemente viene dada por el control de la rentabilidad de sus intangibles.
Hace ya bastantes años que la empresas bien gestionadas utilizan el cuadro de mando integral en el que, además de la visión financiera, se utilizan indicadores desde las perspectivas del cliente, procesos internos y formación y desarrollo, siendo en estas dos últimas fundamental el capital humano.