El mindfulness como concepto psicológico es la concentración de la atención y la conciencia, basado en el concepto de conciencia plena de la meditación budista. Consiste en prestar atención, momento por momento, a pensamientos, emociones, sensaciones corporales y el ambiente circundante, de forma principalmente caracterizada por aceptación, sin juzgar, evitando cualquier prejuicio.
La comprensión y adopción de este concepto nos va a permitir gestionar con efectividad las relaciones que mantenemos con las personas y equipos que lideramos en nuestras organizaciones, ello es así puesto que nos va a permitir prestar la suficiente atención para dar con el talento que posee cada persona con la que trabajamos.
De aquí se derivan varias preguntas:
– ¿Cómo podemos impulsar y promover ese talento?.
– ¿Cómo podemos conseguir que las personas sean más rentables y eficientes?.
– ¿Cómo podemos minimizar miedos para que ganen en confianza?
La respuesta a estas preguntas es mediante las relaciones y la empatía, relaciones positivas que nos ayuden a crear esas sinergias, y empatía para comprender las necesidades y ponernos en la piel de nuestros colaboradores.
El mindfulness es la observación no-reactiva de nuestras relaciones interpersonales, nos ayuda a desarrollar nuestra inteligencia emocional, nuestra empatía por los demás, nuestra capacidad para concentrarnos en nuestras metas y objetivos, a controlar nuestra negatividad y otorgarnos la tranquilidad necesaria. Asimismo nos predispone a una escucha activa, clave a la hora de percibir el talento de con quienes nos relacionamos.